martes, 15 de abril de 2014

Y si no te vuelvo a ver.

Muchas noches, quizá demasiadas, no puedo dormir y me da por pensar, justo al borde de mi cama. Estar en el filo y y ver ese pequeño precipicio a través de la luz de la ventana aclara mis ideas.

En el borde de mi cama todo son vaivenes. Pensamientos. Preocupaciones. Que se mezclan con el colchón y me dan calor, hasta que acabo destapándome, a ver si así se callan un poco sus voces y me dejan dormir.

Anoche, a eso de las 3 de la madrugada, estaba justo al borde de mi cama. Y de repente fui consciente de que, si el año que viene me marcho de aquí para estudiar en otro país, probablemente, no vuelva a verte nunca. Fue como un jarro de agua fría. Ya ves, quién podría llegar a pensar que el agua mojaba.