Definitivamente, no me sienta bien leer poesía.
Es como si en ese breve tiempo entre meses, brotara por mis ojos todo aquello de lo que no he sido consciente. Como el que lleva años sin fumar y de repente prueba de nuevo un cigarrillo y piensa "joder, cómo lo echaba de menos".
Como si aquello por lo que vivo estuviera suspendido, a punto de caer.
El Lenguaje de tus Lunares.
No sé exactamente cuál fue la razón que me impulsó a crear este blog, o quizá si la sepa y pretenda huir de ella.

sábado, 12 de septiembre de 2015
sábado, 25 de octubre de 2014
lunes, 14 de julio de 2014
Ya han pasado dos años con sus correspondientes cursos y veranos. Han pasado dos años en los que no ha pasado nada. Y probablemente sea ese el motivo por el cual llevo dos meses dándome cuenta de lo triste que me va a resultar no volver a verte. Porque ya sí que sí. Habría más posibilidades de encontrar una aguja en un pajar, literalmente.
Sólo puedo pensar en que si algún día me vuelvo a chocar de repente con tus ojos, muy anclada debo estar al suelo para no caerme con tanto tembleque de mis cimientos. Ese latido que se salta, el nudo en la garganta.
No sé. Empiezo a entender que es mucho más difícil tratar de olvidar algo que nunca ha existido. Supongo que me he quedado con las ganas de decírtelo.
Sólo puedo pensar en que si algún día me vuelvo a chocar de repente con tus ojos, muy anclada debo estar al suelo para no caerme con tanto tembleque de mis cimientos. Ese latido que se salta, el nudo en la garganta.
No sé. Empiezo a entender que es mucho más difícil tratar de olvidar algo que nunca ha existido. Supongo que me he quedado con las ganas de decírtelo.
sábado, 21 de junio de 2014
Tan efímero
Basta con que un día te digan algo para que la realidad te dé de bruces en la cara. Esa realidad que te hace darte cuenta de que ya no son tan niños. Y cuando llega esa día no puedes más que sentirte triste.
Todos crecemos. A todos nos dicen "madre mía, qué grande estás ya, cómo has cambiado, eres una mujer", etc. Pero yo en mí no lo noto. Y sin embargo, ahora que soy más adulta, miro a los pequeños de mi familia, y veo que ya no son tan pequeños, que del mismo modo que yo he crecido, ellos también lo hacen.
El otro día, uno de los pequeños me dijo algo que me hizo reaccionar y pensar "joder, es que ya no es tan pequeño!". Y me dio por pensar. Que como él, hay muchos más en mi familia, que ya no son tan niños. Entonces me entró descaradamente el síndrome de Peter Pan. De verdad que tuve unas ganas irrefrenables de parar el tiempo, de volver atrás, de poder congelar sus edades para que no creciesen más. Para que siempre pudiesen seguir siendo niños, esos niños pequeños que ríen, saltan, juegan, lloran, que son felices... que te necesitan. Pensé que quién pudiera volver atrás... Lo deseé de veras. Antes todo era mucho más fácil. No se es consciente de los problemas y sólo te preocupas por jugar. No se tienen responsabilidades, no hay que cumplir con la sociedad. Por eso quise volver atrás. O al menos que ellos, los pequeños ya no tan pequeños, no creciesen más. Que se quedasen siempre en esa edad maravillosa de la cual, en ese momento, queremos escapar, y a la cual, cuando ya se pasa, sólo soñamos con volver.
Todos crecemos. A todos nos dicen "madre mía, qué grande estás ya, cómo has cambiado, eres una mujer", etc. Pero yo en mí no lo noto. Y sin embargo, ahora que soy más adulta, miro a los pequeños de mi familia, y veo que ya no son tan pequeños, que del mismo modo que yo he crecido, ellos también lo hacen.
El otro día, uno de los pequeños me dijo algo que me hizo reaccionar y pensar "joder, es que ya no es tan pequeño!". Y me dio por pensar. Que como él, hay muchos más en mi familia, que ya no son tan niños. Entonces me entró descaradamente el síndrome de Peter Pan. De verdad que tuve unas ganas irrefrenables de parar el tiempo, de volver atrás, de poder congelar sus edades para que no creciesen más. Para que siempre pudiesen seguir siendo niños, esos niños pequeños que ríen, saltan, juegan, lloran, que son felices... que te necesitan. Pensé que quién pudiera volver atrás... Lo deseé de veras. Antes todo era mucho más fácil. No se es consciente de los problemas y sólo te preocupas por jugar. No se tienen responsabilidades, no hay que cumplir con la sociedad. Por eso quise volver atrás. O al menos que ellos, los pequeños ya no tan pequeños, no creciesen más. Que se quedasen siempre en esa edad maravillosa de la cual, en ese momento, queremos escapar, y a la cual, cuando ya se pasa, sólo soñamos con volver.
martes, 15 de abril de 2014
Y si no te vuelvo a ver.
Muchas noches, quizá demasiadas, no puedo dormir y me da por pensar, justo al borde de mi cama. Estar en el filo y y ver ese pequeño precipicio a través de la luz de la ventana aclara mis ideas.
En el borde de mi cama todo son vaivenes. Pensamientos. Preocupaciones. Que se mezclan con el colchón y me dan calor, hasta que acabo destapándome, a ver si así se callan un poco sus voces y me dejan dormir.
Anoche, a eso de las 3 de la madrugada, estaba justo al borde de mi cama. Y de repente fui consciente de que, si el año que viene me marcho de aquí para estudiar en otro país, probablemente, no vuelva a verte nunca. Fue como un jarro de agua fría. Ya ves, quién podría llegar a pensar que el agua mojaba.
En el borde de mi cama todo son vaivenes. Pensamientos. Preocupaciones. Que se mezclan con el colchón y me dan calor, hasta que acabo destapándome, a ver si así se callan un poco sus voces y me dejan dormir.
Anoche, a eso de las 3 de la madrugada, estaba justo al borde de mi cama. Y de repente fui consciente de que, si el año que viene me marcho de aquí para estudiar en otro país, probablemente, no vuelva a verte nunca. Fue como un jarro de agua fría. Ya ves, quién podría llegar a pensar que el agua mojaba.
lunes, 24 de marzo de 2014
Por petición.
Una amiga me pidió hace un tiempo mi opinión sobre el color naranja para hacer un trabajo. Me resultó curioso, nunca me había parado a pensarlo. Aquí os lo dejo.
"El color naranja me recuerda a las paredes esquizofrénicas de mi habitación. No estoy hablando de un naranja melocotón. Estoy hablando de una naranja mandarina al máximo de saturación.
El color naranja me recuerda a esas tardes de estudio sin poder concentrarme y a la necesidad de irme al cuarto de al lado pintado de blanco. El color naranja es azufre, es manos mojadas de jugo, es verano, es sol, es piel quemada y aftersun Delial. El color naranja es frescor y al mismo tiempo una sensación de que se impulsan las pulsaciones más rápido de la cuenta. Es la bebida del desayuno con los ojos aún pegados, son mis sábanas de mariposas. Son las paredes esquizofrénicas de mi habitación ahora pintada de gris."
"El color naranja me recuerda a las paredes esquizofrénicas de mi habitación. No estoy hablando de un naranja melocotón. Estoy hablando de una naranja mandarina al máximo de saturación.
El color naranja me recuerda a esas tardes de estudio sin poder concentrarme y a la necesidad de irme al cuarto de al lado pintado de blanco. El color naranja es azufre, es manos mojadas de jugo, es verano, es sol, es piel quemada y aftersun Delial. El color naranja es frescor y al mismo tiempo una sensación de que se impulsan las pulsaciones más rápido de la cuenta. Es la bebida del desayuno con los ojos aún pegados, son mis sábanas de mariposas. Son las paredes esquizofrénicas de mi habitación ahora pintada de gris."
lunes, 3 de marzo de 2014
Comisuras invertidas.
"Amiga mía, llenarte los bolsillos de guerras ganadas,
de sueños e ilusiones renovadas."
Me cuentan que te han visto mendigando cariño. Hasta tus ojos se tornan ahora grises.
Tantos años sin verte y esta tarde te he sentido tan fuerte. Cuántos de los abrazos que he dado habrían sido mucho más largos si hubiese sabido que la próxima vez que vería a las personas que los recibían estarían más cambiadas por dentro que por fuera. Más rotas, sin esquemas.
Hoy te voy a dedicar unas líneas, amiga. Y probablemente me esté engañando al pensar que lo hago para apoyarte, cuando lo que realmente estoy intentando es limpiarme la conciencia por tener tanta suerte, para no sentirme culpable por no haber tenido que llorar toda el agua del mar. Un mar en el que hace mucho tiempo que tú ya podrías haberte bañado.
No sé cómo hacerte llegar ésto. Tengo unas ganas locas de escribirte una canción que te ayude de algún modo, pero no sé. Qué fácil sería regalarte una brújula, que te señalase el norte. Al fin y al cabo, todos hemos estado perdidos alguna vez.
Apuesto a que cuando alguien te dice que la vida es bonita, tu respuesta no es otra que una sonrisa irónica, una sonrisa irónica y triste, de comisuras invertidas. Con sólo 20 años ya has pasado más de lo que pasará mucha gente en 30 vidas. Hay que ver... Un vida tan triste, para una cara tan bonita.
Me encantaría tenerte ahora mismo a mi lado. No entiendo cómo puede ser que sea yo la que te necesite, cómo puedo ser yo la que esté llorando. Necesito tenerte en frente y decirte que todo va a salir bien, que no se puede olvidar el pasado, pero que no podemos dejar que nos arruine el futuro, que eres fuerte, que eres jodidamente fuerte, y que puedes con todo lo que te echen. Porque lo has demostrado. Que es muy fácil perderse, y que es más fácil aún caer en personas nocivas que no te ayudan a encontrarte. Pero que estoy aquí, y que aunque lleve más años sin verte de los que probablemente recuerde, ahora mismo siento como si te hubiese visto todos los días, y que me siento tan perdida como tú. La cuestión es que yo sabría que lo estoy.
Quizá te has dejado arrastrar por alguien que ha llorado más que tú, que está más perdida aún, si es que eso es posible y, por supuesto que no es justo que tú tengas que cargar con sus fantasmas, pero, entiende que, si para ti es difícil, no quiero imaginar lo que siente ella cuando duerme. Cuando lo consigue.
¿Sabes? Llevo dos días inventándote una vida nueva. Más bien, imaginándome cómo habría sido tu vida si el destino no hubiese sido tan puto contigo. Unos estudios, ese piercing en el ombligo del que me hablaste, un novio con moto, pero sin antecedentes, unos domingos comiendo en casa de tu padre, y el resto de la semana discusiones tontas con tu madre. Incluso hasta le podrías prestar la ropa a Chantalle, aunque con lo coqueta que eres, dudo que lo hicieras. No sé, quizá suena típico, pero creo que está bastante bien. A veces las cosas sencillas son las mejores.
Pues ésta es la vida que yo te pinto. Y ojalá estuviese en mi mano que la hubieses tenido. Que no hubieses tenido que llorar tanto.
Sigo queriendo decirte muchas más cosas, pero son sensaciones que no logro acotar con vocabulario. Sólo se transmiten con abrazos.
Hay gente que te quiere. No te olvides de eso. No te pierdas más, por favor.
de sueños e ilusiones renovadas."
Me cuentan que te han visto mendigando cariño. Hasta tus ojos se tornan ahora grises.
Tantos años sin verte y esta tarde te he sentido tan fuerte. Cuántos de los abrazos que he dado habrían sido mucho más largos si hubiese sabido que la próxima vez que vería a las personas que los recibían estarían más cambiadas por dentro que por fuera. Más rotas, sin esquemas.
Hoy te voy a dedicar unas líneas, amiga. Y probablemente me esté engañando al pensar que lo hago para apoyarte, cuando lo que realmente estoy intentando es limpiarme la conciencia por tener tanta suerte, para no sentirme culpable por no haber tenido que llorar toda el agua del mar. Un mar en el que hace mucho tiempo que tú ya podrías haberte bañado.
No sé cómo hacerte llegar ésto. Tengo unas ganas locas de escribirte una canción que te ayude de algún modo, pero no sé. Qué fácil sería regalarte una brújula, que te señalase el norte. Al fin y al cabo, todos hemos estado perdidos alguna vez.
Apuesto a que cuando alguien te dice que la vida es bonita, tu respuesta no es otra que una sonrisa irónica, una sonrisa irónica y triste, de comisuras invertidas. Con sólo 20 años ya has pasado más de lo que pasará mucha gente en 30 vidas. Hay que ver... Un vida tan triste, para una cara tan bonita.
Me encantaría tenerte ahora mismo a mi lado. No entiendo cómo puede ser que sea yo la que te necesite, cómo puedo ser yo la que esté llorando. Necesito tenerte en frente y decirte que todo va a salir bien, que no se puede olvidar el pasado, pero que no podemos dejar que nos arruine el futuro, que eres fuerte, que eres jodidamente fuerte, y que puedes con todo lo que te echen. Porque lo has demostrado. Que es muy fácil perderse, y que es más fácil aún caer en personas nocivas que no te ayudan a encontrarte. Pero que estoy aquí, y que aunque lleve más años sin verte de los que probablemente recuerde, ahora mismo siento como si te hubiese visto todos los días, y que me siento tan perdida como tú. La cuestión es que yo sabría que lo estoy.
Quizá te has dejado arrastrar por alguien que ha llorado más que tú, que está más perdida aún, si es que eso es posible y, por supuesto que no es justo que tú tengas que cargar con sus fantasmas, pero, entiende que, si para ti es difícil, no quiero imaginar lo que siente ella cuando duerme. Cuando lo consigue.
¿Sabes? Llevo dos días inventándote una vida nueva. Más bien, imaginándome cómo habría sido tu vida si el destino no hubiese sido tan puto contigo. Unos estudios, ese piercing en el ombligo del que me hablaste, un novio con moto, pero sin antecedentes, unos domingos comiendo en casa de tu padre, y el resto de la semana discusiones tontas con tu madre. Incluso hasta le podrías prestar la ropa a Chantalle, aunque con lo coqueta que eres, dudo que lo hicieras. No sé, quizá suena típico, pero creo que está bastante bien. A veces las cosas sencillas son las mejores.
Pues ésta es la vida que yo te pinto. Y ojalá estuviese en mi mano que la hubieses tenido. Que no hubieses tenido que llorar tanto.
Sigo queriendo decirte muchas más cosas, pero son sensaciones que no logro acotar con vocabulario. Sólo se transmiten con abrazos.
Hay gente que te quiere. No te olvides de eso. No te pierdas más, por favor.
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