jueves, 3 de enero de 2013

Debilidades

A veces pienso que qué pena que tengamos tiempo libre para reflexionar, pues muchas veces darle vueltas a la cabeza no hace más que castigarnos la conciencia y arrojar un jarro de agua fría en nuestras ilusiones.

"Y pasarán más de mil años, y desapareceremos, pero algo nunca va a cambiar mientras sigamos viviendo dominados por el miedo, y no lo sepamos enfrentar."

Y pasaran más de mil años, sí, y si alguno de nosotros sigue aún rondando por aquí, es posible que hasta haya cambiado la composición de su piel, el color de sus mejillas. Es posible que haya cambiado el ruido de las calles, los colores de las flores y los acordes de las risas. Por cambiar, seguro que hasta el viento modera su velocidad con la orden de una máquina desarrollada por "personas" que poco se parecen ya a lo que hoy día mora estas ciudades. Cambiarán las palabras, los abrazos y las caricias, las formas de decirse al oído mil mentiras. Cambiarán tanto esas mentiras que, casi si lo hiciesen un poco más, serían "verdad".

Aunque quizá no haya que esperar tantos años, y mañana mismo cambie la forma en que me miras, el surco sutil de tu sonrisa. Quizá mañana mismo mude mi insomnio a otra cabeza y me deje cambiar de sueños y de pesadillas. Por cambiar, podrían hasta los más profundos ideales, si viene un torbellino de fuertes dimensiones a golpear sus cimientos. Por cambiar... hasta el tembleque de mis rodillas.

Pero, amigos, y a esto es a lo que se resume todo, hay cosas, que nunca cambian. Y cada uno sabe cuáles son las suyas propias. Llamémoslas, por qué no, debilidades.

2 comentarios:

  1. A fin de cuentas todos estamos hechos de debilidades. Certero post.

    Saludos ;-)

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  2. Todos tenemos nuestras debilidades, nuestras cargas.

    Gracias y saludos! :)

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