martes, 18 de octubre de 2011

Recuerdo de una Madrugada.

Hoy no sepo. No sepo a tí. Ni a tus despertares ni a tus malos humos,

ni a tus sonrisas descastadas y desenfadadas con el mundo.

Ni sepo a tus ojos a punto de estallar, ni a tu corbata azul a media madrugada.

No sepo a aquél cubata que cayó en tan solo diez minutos.

No sepo a carmín, ni a silencio ni a la nada.

Por no saber no sé ni a qué saben tus labios. Y no sé si me da pena o me da rabia,

el caso es que siempre me duele la cabeza cuándo lloro. Y ahora me duele.

9 comentarios:

  1. Demasiadas cosas a las que no sabemos, no?
    Por cierto, me encanta tu blog!

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  2. Gracias, y a mí me encanta lo que escribes y me encanta donde vives, Málaga

    Tus versos son como esas palabras que se escriben en la arena mojada de la orilla con la punta de un palito. Las miras mientras el agua lame su geometría aguardando el milagro de que resistan al oleaje. Así escribes, Drew. Por eso debes seguir invitando solo al agua a que se quede con ellas.

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  3. Nunca habían descrito mi forma de escribir de esa forma tan, diferente, curiosa.

    Intento desifrar el significado de tu última frase.

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  4. Escribes de forma tan natural que sólo todo lo que es semejante tiene derecho a entenderte.

    Eso quería decir, Drew

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  5. Una vez leído tu blog, me da vergüenza leer el mío...

    Es genial cómo escribes, lástima que sea a base de lluvia y momentos de los que te marcan...

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  6. Verguenza no, tonta!
    Tengo uma teoría: hay que estar mal para escribir bien.
    Por suerte o por desgracia, últimamente escribo menos y peor.

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  7. Yo tengo la misma teoría...

    Después de todo, y tal y como dijo Unamuno, son los sentimientos más angustiosos los que te llevan a escribir tus mejores versos...

    (No lo dijo con estas palabras, pero sí era esta la idea)

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