"Yo que habría estado por ti en cualquier lejana ciudad. Sola, por instinto sabiendo amarte."
Te habría regalado la Luna si, en su momento, me la hubieses pedido.
Me habría quedado en vela contando tus respiraciones, noche tras noche. Sin pestañear.
Habría hecho de tus lunares un lenguaje, y el mejor regalo para las yemas de mis dedos.
Tus sueños ya no serían utopías.
Ni sería una quimera ser feliz.
Al menos, lo habría intentado.
"No puedo dividirme ya entre tú y mil mares. No puedo ahora estarme quieta y esperarte."
Me estremezco leyéndolo.
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